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Un sueño costero:
La historia de Andy y Rebecca

Hermoso cenote abierto
Hace cuatro años, Andy y Rebecca cambiaron los fríos inviernos de Wisconsin por las soleadas costas de Chuburná Puerto, un tranquilo pueblo en la península de Yucatán, México. Les atrajo su encanto de pueblo pequeño —donde los vecinos te saludan por tu nombre y la tranquilidad de la playa te hace sentir como en casa— y su distancia de las multitudes de turistas. El viaje de 40 minutos a los animados mercados, restaurantes y modernas comodidades de Mérida ofrecía la combinación perfecta de paz y accesibilidad. Los interminables cenotes, las antiguas ruinas mayas y la excelente pesca en el Golfo de México y la cercana ría hicieron de Chuburná Puerto un lugar irresistible.
Encontraron Casa Bahía Verde, una propiedad frente al mar con piscina privada y suite independiente para invitados, y la transformaron por completo. Con una remodelación completa, le añadieron belleza y funcionalidad: paneles solares, terrazas en la azotea y exuberantes jardines repletos de buganvillas y palmeras, diseñados por la mano de Rebecca para la jardinería. Cada rincón refleja su visión de un paraíso tropical. Durante cuatro años, compartieron este paraíso con huéspedes, quienes elogiaron su serenidad y belleza. "Queríamos que otros sintieran la magia de este lugar: la calma, la belleza, cómo el tiempo se detiene", dice Rebecca, con su voz mezclándose con el sonido de las olas.
Ahora, con la familia llamándolos de regreso a Estados Unidos, están listos para entregar Casa Bahía Verde a su próximo dueño. "Esto no es solo una casa", dice Andy, contemplando el horizonte turquesa. "Es un estilo de vida, perfecto para soñadores, aventureros o inversionistas por su potencial de alquiler". Esperan que los nuevos dueños naden en cenotes, recorran ruinas mayas, lancen cañas al Golfo y atesoren la casa que construyeron con tanto cariño. "Hemos vivido nuestro sueño aquí", añade Rebecca. "Ahora es el turno de alguien más de hacerla suya".
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