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Poseer Casa BahiaVerde:
Tu propio paraíso de playa por $485,000 USD
$8,948,000 pesos mexicanos
(Basado en un cambio de USD a MXN de $1 USD a $18.40 MXN. El precio de MXN está sujeto a cambios según las tasas cambiantes)
Un sueño costero:
La historia de Andy y Rebecca

Hace cuatro años, Andy y Rebecca cambiaron los frÃos inviernos de Wisconsin por las soleadas costas de Chuburná Puerto, un tranquilo pueblo en la penÃnsula de Yucatán, México. Les atrajo su encanto de pueblo pequeño —donde los vecinos te saludan por tu nombre y la tranquilidad de la playa te hace sentir como en casa— y su distancia de las multitudes de turistas. El viaje de 40 minutos a los animados mercados, restaurantes y modernas comodidades de Mérida ofrecÃa la combinación perfecta de paz y accesibilidad. Los interminables cenotes, las antiguas ruinas mayas y la excelente pesca en el Golfo de México y la cercana rÃa hicieron de Chuburná Puerto un lugar irresistible.
Encontraron Casa BahÃa Verde, una propiedad frente al mar con piscina privada y suite independiente para invitados, y la transformaron por completo. Con una remodelación completa, le añadieron belleza y funcionalidad: paneles solares, terrazas en la azotea y exuberantes jardines repletos de buganvillas y palmeras, diseñados por la mano de Rebecca para la jardinerÃa. Cada rincón refleja su visión de un paraÃso tropical. Durante cuatro años, compartieron este paraÃso con huéspedes, quienes elogiaron su serenidad y belleza. "QuerÃamos que otros sintieran la magia de este lugar: la calma, la belleza, cómo el tiempo se detiene", dice Rebecca, con su voz mezclándose con el sonido de las olas.
Ahora, con la familia llamándolos de regreso a Estados Unidos, están listos para entregar Casa BahÃa Verde a su próximo dueño. "Esto no es solo una casa", dice Andy, contemplando el horizonte turquesa. "Es un estilo de vida, perfecto para soñadores, aventureros o inversionistas por su potencial de alquiler". Esperan que los nuevos dueños naden en cenotes, recorran ruinas mayas, lancen cañas al Golfo y atesoren la casa que construyeron con tanto cariño. "Hemos vivido nuestro sueño aquÃ", añade Rebecca. "Ahora es el turno de alguien más de hacerla suya".
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